El Funerario Asesino

El Funerario Asesino

Por motivos legales, aunque narre el Funerario Asesino en primera persona, no diré si esta historia es real o no. Lo único que espero es que podáis dejar un comentario diciéndome si lo condenaríais o no en el caso de serlo.

El primer Asesinato del Funerario

Se acercaba la navidad y andaba muy liado de trabajo, por desgracia, las personas mayores fallecen más con los cambios de temperatura.

Se estaban planeando todas las reuniones de amigos que, como cada año, nos encantaba celebrar a todos. Si, he dicho que nos encantaba.

Este año, ocurrió algo que nos quitó las ganas de volver a salir durante mucho tiempo.

La hora del café

Sábado por la tarde, las cuatro y media hora peninsular española. Como cada año habíamos quedado para vernos todo el grupo de amigos.

Aunque algunos estábamos ya casados, quedábamos sin parejas con el fin de recordar viejas anécdotas y no tener que pasar vergüenza delante de ellas.

Todo parecía ir genial, empezamos con un café y después de una hora empezaron a caer algunos tapones. Chistes, recuerdos de la juventud, risas y más risas, este día prometía ser inolvidable. Desde luego, ninguno imaginamos como terminaría esa trágica noche.

Dieron las siete de la tarde y decidimos cambiar el café por un local de copas para ir calentando el ambiente antes de la cena que teníamos reservada a las diez en un restaurante cercano.

Hora de las primeras copas

Todos sabemos que esto es mentira. Llevamos bebiendo desde los chupitos de después del café, más de uno y de dos, llegará perjudicado por el alcohol a la cena y no me imagino ni como ni cuando vamos a volver a casa.

El Funerario tiene un humor macabro y cuenta unos chistes que a todos les parecen muy graciosos gracias al nivel alcohólico que han alcanzado antes de cenar. Pero lo cierto es que si fuesen sobrios, no les harían tanta gracia sus bromas y chistes.

Siempre he bromeado con la idea de que yo sería capaz de cometer el asesinato perfecto, donde seria capaz de no dejar ni la más mínima prueba de que yo fui quien lo cometió. Esta noche mágica en la que todos lo estamos pasando genial, no podía ser una excepción para volver a sacar el tema.

Alguien a quien le había dado hasta el más mínimo detalle de como lo haría, me desafía a hacerlo con la frase:

-No serias capaz de hacer daño a una mosca, ¡No tienes huevos!-

-No voy a matar a cualquiera, tiene que ser alguien que se merezca morir!- Contestaba yo.

El Funerario se convertiría en Asesino solo si así se hiciese justicia. Como si fuese un superhéroe. Mi plan de asesinar a alguien, nunca debería caer en malas manos, fue diseñado para impartir el castigo a los malos. (Vaya pedo llevaba ya, estaba a un paso de ponerme filosófico)

Hora de la cena

Nada más entrar en el restaurante, comenzamos con unas jarras de cerveza. Las primeras duraron unos pocos minutos debido a todos los que éramos. Nos sentamos a la mesa y a varios de nosotros nos dio la risa tonta solo de pensar que los amables taberneros se pensaron que nos íbamos a comer las ensaladas. Jajajaja, vaya puntillo llevábamos ya casi todos.

Canciones como "La Ramona" o "Los coches de choque" nos acompañaron durante todo el evento.

Lo que me convirtió en el Funerario Asesino

Una cena grandiosa y con buena compañía, no podíamos pedir nada más, o eso creíamos nosotros. Tras la cena nos dirigimos a una zona de discotecas, la noche no había hecho más que empezar y nosotros éramos jóvenes.

Estuvimos de fiesta hasta altas horas de la madrugada, momento en el que empezamos a separarnos en dos grupos:

  1. Los que se querían recoger ya.
  2. Los que querían quedarse hasta que el sol saliese.

Yo, como buen marido responsable que era, opté por ser de los que se marcharon. Hasta que llegué a casa y me quedé dormido, no recuerdo mucho. Había sido una noche estupenda y nada ni nadie podía estropearla. Solo me faltaba dormir la mona.

Pasaron las horas y yo dormía como un bebé, cuando de repente me despertó el teléfono.

El Principio

Era una de las personas que había estado conmigo esa noche y habían decidido quedarse. Contesté y me quedé estremecido y en silencio cuando me dijo que tras marcharnos, uno de los porteros de la discoteca tuvo una trifurca con uno de los compañeros.

Le había pegado una paliza y estaba en el hospital. Me apresuré en vestirme y acercarme hasta el lugar donde estaban mis compañeros. Pero era tarde, todos estaban en la puerta del hospital llorando:

-¡Lo han matado!- pude escuchar entre lagrimas.

-¡Acaban de salir para decirnos que ha fallecido!

La tristeza recorrió mis mejillas mientras la rabia pinchaba despiadadamente y sin contemplaciones mi corazón. Me derrumbé y caí de rodillas al suelo.

-¿Donde está el que lo ha hecho?- Pregunte como si yo fuese a hacer algo.

-Se a escapado, está la policía buscándolo- Fue la respuesta que recibí.

-¡Que rece para que lo pillen antes que yo! ¿Quién me ayuda a buscarlo?- Pregunté tan seguro de que lo iba a encontrar como lo estaba de que lo iba a matar.

Había llegado el momento que nunca quise que llegase. Sabía que me iba a convertir en un asesino y había sido por venganza y no por justicia como siempre había creído. Aunque en ese momento no podía ver la delgada linea que separaba los dos términos.

El Funerario Asesino buscaba a su victima

Fuimos 4 amigos en busca del asesino de nuestro amigo, según me dijeron era un hombre bastante fuerte pero íbamos ciegos de ira y nos daba igual. Nos armamos con herramientas del coche, destornilladores y la llave para aflojar las tuercas de las ruedas. Y fuimos en su búsqueda.

Conforme pasaban las horas dando vueltas, más confiaba en que la policía lo encontraría primero. No sabíamos donde seguir buscando pero entonces se me ocurrió pensar en intentar seguir sus pasos desde la discoteca.

Nos dirigimos hacia el parking subterráneo que había bajo el garito. Nos bajamos del coche y recibí una señal de Dios. Nunca lo había sentido de manera tan clara, no éramos 4, estábamos 5 en el coche, pero solo yo podía verlo.

Nuestro amigo, al que tantas veces le había contado como pensaba matar, el que estaba muerto. Estaba a mi lado señalando una puerta. No pude oírlo, pero intentaba decir algo mientras señalaba una puerta negra que había al fondo del parking.

Si les decía a los demás que nuestro amigo estaba allí, se rajarían pensando que me duraba la borrachera de la noche y no podía permitirme quedarme solo. Los necesitaba para desarrollar mi plan.

La puerta negra

Los demás me seguían sin rechistar, como si supiesen que yo era el único capaz de encontrar a aquel malnacido. Lo que ninguno podía ni imaginar era que yo ya sabía donde se encontraba, o por lo menos tenia una pista.

Nos dirigimos hacia la puerta negra, intentando disimular las armas improvisadas que nos habíamos agenciado. Al llegar al portón escuchamos a alguien dentro y abrimos con cuidado intentando no ser descubiertos.

Negra era la puerta y oscuro lo que nos encontramos al otro lado. El portero que había matado a nuestro amigo estaba allí, pero nuestro encuentro fue muy distinto de lo que habíamos planeado desde que salimos en su búsqueda.

El hombre, de casi dos metros de altura, con unos brazos que parecían jamones y unas manos que harían temblar a cualquiera, se encontraba atado de pies y manos. Una mordaza impedía que pudiese chillar y una soga a su cuello le impedía bajar de una silla sobre la que hacia equilibrio para no caer. Su rostro estaba hinchado de haber recibido una buena paliza y su ojo derecho sangraba.

¿Quién se nos había adelantado? ¿Cómo había ocurrido aquello?

El espíritu de mi amigo caído, intentaba quitar la silla para que aquel individuo que horas antes lo había matado, muriese también. Da igual quien lo ha hecho, no hemos sido nosotros. Solo bastaba con dar un pequeño toque a la silla y caería. Mi compañero sería vengado y nosotros nos iríamos de rositas. Era fácil, solo un pequeño toque y todo acabaría.

La sorpresa complicada

¡No! ¡Ayudadme a bajarlo!- Dije de repente, casi sin pensar en lo que estaba diciendo.

Mis amigos me miraron y sin mediar palabra me ayudaron a quitar la soga de su cuello y a bajarlo de la silla.

-¡Gracias! - Dijo el desgraciado mientras no vio venir la llave del coche con la que lo golpeé en la base de la nuca dejándolo inconsciente de un solo golpe.

-No voy a dejar que te mueras sin vengarme. ¡¡¡Hijo de Puta!!! Ayudadme a meterlo en el maletero.

Temblando y muy nerviosos, esperaron a que acercase el coche, saque del maletero un sudario en los que se meten a los muertos y metimos al portero dentro antes de introducirlo en el maletero. Todos queríamos vengarnos pero sinceramente creo que pensaban que lo llevaría a la policía. Aunque mi intención era otra.

-Si alguno quiere quedarse aquí no le voy a preguntar el motivo, pero lo que voy a hacerle a este tio no va a ser agradable de ver.

-Estamos contigo- Contesto uno de ellos mientras los otros lloraban como niños.

Subimos al coche y puse rumbo al Crematorio en el que trabajaba.

La transformación en Funerario Asesino

Llegamos al Tanatorio y metí el coche en el garaje, desde allí se podía acceder al horno de forma directa. El Tanatorio estaba en medio de ningún sitio, no había cerca nada. Nadie podría oírlo chillar y chillaría.

Lo bajamos del maletero, continuaba atado de pies y manos y le habíamos puesto nuevamente la mordaza en la boca. Lo pusimos sobre la mesa de autopsias con la ayuda de un carro elevador lo atamos a la mesa con las correas de la camilla y le destapé la cara, continuaba inconsciente. Me puse unos guantes de látex y una bata de las que se usan cuando realizas autopsias, no quería mancharme la ropa de sangre.

Retiré la mordaza de su boca e introduje unas tijeras de presión para sujetar su lengua y con un bisturí con el pulso firme, la arranqué. Un solo corte limpio, solo eso hizo falta para que recuperase el conocimiento.

Con la ayuda de él mismo, lo puse de lado para evitar que la sangre que regurgitaba de su boca lo ahogase. Intento tirarse al suelo, pero entre mis tres amigos lo sujetaban con la ayuda de las correas. Le corté la ropa con unas tijeras dejándolo completamente desnudo.

Su mirada transmitía terror, la mía indiferencia. Era como si ya lo hubiese hecho antes, creo que fue debido a que estaba en casa. Intentaba chillar mientras use nuevamente el bisturí para cortar sus testículos y su pene. Con la ayuda de unas pinzas separadoras le abrí el ano e introduje allí las partes que le acababa de cortar:

  • El Pene
  • Los Testículos
  • La Lengua

El hombre perdía el conocimiento y lo recuperaba como si le estuviesen dando convulsiones, mientras yo seguía con mi macabro asesinato.

Funerario: Asesino

Nunca quise que aquello ocurriese, pero me transforme en el Funerario Asesino que tantas veces bromeé que era. Le hice tantos cortes en el pecho como años tenia mi amigo. Disfrute mientras le cortaba las yemas de los dedos tanto de las manos como de los pies, era como cortar mantequilla.

Más que convertirme en un Funerario Asesino, me convertí en un psicópata sin remordimientos, sin tener en cuenta si esa persona tenia familia. ¿Sería posible que algún día un familiar o amigo de aquel hombre me buscase a mi para vengarse? ¿Estaré dejando algún huérfano?¿Alguna viuda? ¿Alguna madre rota de dolor?

Lo peor es que no me hice esas preguntas a tiempo. En ese momento no pensaba más que en la venganza, sin tener en cuenta las consecuencias de mis actos y a mi lado mi amigo muerto, o su espíritu alentándome.

El Velatorio

Mientras nosotros salíamos del hospital llenos de rabia para comenzar a buscar al asesino de nuestro amigo, a éste lo trasladaron a realizarle la autopsia. Antes de que pudiésemos encontrar al portero de la discoteca, a nuestro amigo ya lo habían trasladado al Tanatorio donde velarían sus restos y la gente podría despedirse de él. Pero nosotros eso nos lo perdimos.

Recibimos todos un mensaje en el que se nos informaba de cuando y donde serían la ceremonia cristiana por el eterno descanso de su alma y su posterior entierro. Esto fue justo antes de encontrar aquella puerta negra.

La impotencia nos impidió despedirnos de los restos mortales de nuestro amigo. Pero yo, quise hacerle un regalo antes de que se fuese para siempre de este mundo.

El Final de la Tortura

La agonía de aquel individuo del que desconocíamos el nombre estaba apunto de terminar, se encontraba tumbado boca arriba inconsciente por el dolor que le había impartido. Me había asegurado de cortar los tendones de las extremidades para evitar movimientos bruscos y que intentase escapar.

Nuevamente lo pasé al carro elevador para transportarlo y nos dirigimos hacia el horno. Su final se acercaba, llegaría al infierno de la mano del Funerario y lo haría antes de morir.

Lo pusimos en la plataforma que se encargaba de introducir los féretros en el crematorio y tras subir la puerta de este lo introdujimos. En ese momento el hombre despertó.

El Crematorio del Funerario Asesino

Sin poder hacer nada para evitarlo, aquella persona pudo ver con horror nuestras caras mientras se bajaba la puerta del Crematorio y quedaba dentro a oscuras, con todo en silencio.

Solamente se podían escuchar los intentos de gritos que él mismo soltaba, pero en realidad eran como pequeños quejidos prácticamente inaudibles. Ya casi no le quedaban fuerzas.

Sus intentos de grito aumentaron al oír resonar los motores del horno arrancando. Pudimos verlo todo a través de una pequeña ventana que nos permitía visualizar el interior. Encendí los ventiladores de la solera y del reactor, el ruido era muy fuerte y me dispuse a prender los quemadores.

Más de uno de los que me ayudaban a cometer aquella venganza, no aguantó ver todo lo que le hice a aquel hombre, incluso alguno vomito en repetidas ocasiones.

Pero su final estaba cerca, gire el botón hacia la derecha, dando así la orden al horno de empezar con la combustión humana. A los cinco segundos una llama intensa comenzó a calcinar a aquella persona que aún intentaba pelear de manera inútil contra las paredes de su ardiente final.

Los gritos y los golpes cesaron a los pocos segundos de comenzar la cremación. La piel del individuo estaba pegada tanto por las paredes como por el techo y el suelo del horno crematorio. Pero no había de que preocuparse, dentro de un par de horas todo seria ceniza y no costaría mucho limpiarlo.

El Entierro

Una familia rota, amigos llenos de rabia, lagrimas y gritos de incomprensión fueron solo un resumen de las cosas que pudieron verse durante todo el velatorio de mi amigo caído. Las típicas frases de condolencia y las palabras de animo que se le podrían dar a esos padres por la perdida de su hijo eran inútiles. No transmitían consuelo, ellos solo pedían justicia y despertar de aquella pesadilla.

Ninguno de los que asistió al trágico evento pudo, ni por un momento, consolar a esas personas que tan solo un día antes estaban comiendo con su ser amado.

Pero ni siquiera ellos, creo que aprobasen lo que hicimos. Durante todo el velatorio, faltaron cuatro rostros que no pasaron a dar el pésame. Nuestros quehaceres eran otros y creímos que con lo que estábamos haciendo homenajeábamos a nuestro amigo mejor que llorándolo (para eso ya habría tiempo).

Le oficiaban una ceremonia religiosa a las once de la mañana en la capilla del tanatorio. A las diez y media aparecimos nosotros, cansados por no haber dormido, flotando en una nube como si estuviésemos en un sueño que esta terminando.

De mi mano, colgaba una bolsa, contenía una caja cuadrada para evitar que nadie supiese que en su interior estaba la urna con las cenizas de su asesino. Pedí permiso a sus padres para que nos dejasen un minuto a solas con él y entre todos, introdujimos lo que quedaba del asesino en sus pies. Nuestro amigo ya no estaría con nosotros, pero el responsable de su muerte tampoco, él se lo llevaría para que no le hiciese daño a nadie más.

¿El final?

¿Cómo termino todo? El Funerario Asesino, sus amigos cómplices de asesinato y dos personas cruelmente enterradas juntas.

Me gustaría decir que todo termino ahí, pero como he dicho al principio de la historia, este, solo fue el primer asesinato de el Funerario Asesino.

Me gustaría que me dejaseis un comentario diciendo que os a parecido esta confesión. Y recordad que tanto si te a gustado como repugnado El Funerario Asesino, puedes leer otras muchas historias reales desde el rincón del Funerario.

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