La catalepsia, es uno de los miedos más grandes a los que se enfrentan muchas personas incluso hoy en día. El terror que nos provoca imaginarnos despertar y estar enterrados es comparable a cualquier otro terror que se nos pueda pasar por la cabeza.
Todos morimos al menos una vez, pero... ¿Qué ocurre cuando tenemos que morir más de una? Conoce casos de Catalepsia. Unos lo pueden contar, otro no.
La Catalepsia en 2021
Partiremos de la base en la que podemos afirmar que todos morimos, pero la verdadera cuestión que nos gustaría saber a muchos, no es cuando, si no como moriremos. No es que tengamos miedo a la muerte propiamente dicha, si no a sufrir mientras la experimentamos.
El imaginarnos sufriendo, padeciendo o incluso sentir ese dolor y angustia al imaginarlo nos impulsa a no querer morir. Pero ¿Qué ocurre cuando una persona es tomada por muerta y enterrada viva?
Bien es cierto que en la actualidad, se han impuesto leyes en las que se impide que una persona sea enterrada antes de que pasen 24 horas del fallecimiento. Pero esas leyes son realmente inútiles.
En el caso de que alguien quiera evitar que una persona sea enterrada viva, no debe preocuparse solo por el tiempo que transcurre desde su muerte hasta el enterramiento. Hay lugares del mundo en los que los Funerarios son asesinos sin saberlo.
En el caso de que alguna ley quiera ayudar a evitar que personas vivas sean enterradas, debería de implantarse que los cadáveres no deben de ser manipulados hasta transcurridas esas 24 horas. Pero claro, esto es solo mi opinión, os invito a que cuando leáis esta historia, me dejaseis un comentario con la vuestra.
Los Funerarios "Asesinos inocentes" por culpa de la Catalepsia
Una familia rota, llora al llegar a casa y encontrar el cuerpo sin vida del abuelo, por lo que aparentemente es un infarto. Llaman nerviosos a la ambulancia que se persona en el lugar del "fallecimiento". Un medico certifica que la persona está muerta mientras están pendientes de ir rápidamente a un accidente que ha ocurrido cerca de su ubicación actual.
Un Funerario de la localidad, está en su casa con su familia y de repente le suena el teléfono. La llamada es para informarle de que tiene que recoger a una persona que a fallecido en su domicilio.
Lo deja todo, a su pareja, a sus hijos, a sus amigos o simplemente la comodidad de su hogar para tardar lo menos posible en llegar a atender a la familia.
Unos minutos antes de que la familia llegase al domicilio, el anciano comenzó a sentirte algo mareado, de manera tranquila y con la mano en el pecho, se dirigió a un sillón, donde se sentó y donde comenzó a notar que no podía sentir las piernas, para poco a poco, dejar de sentir el resto del cuerpo. Parecía que había llegado su hora. Estaba preparado para morir, pero si sentía una angustiosa sensación de impotencia, al ver que no podía moverse ni lo más mínimo, aún era capaz de escuchar lo que ocurría a su alrededor.
¿Estaba muerto ya?
- Mama, mama, el abuelo no respira.-
-¡Rápido, llamad a una ambulancia!-
Entre llantos, el anciano podía escuchar a su hija decirle lo mucho que lo quería. Mientras, se preguntaba si eso era la muerte.
La realidad de la Catalepsia
La ambulancia llegó, el medico corría hacia el anciano, al llegar a él, comenzó a tomar los signos vitales. Intento reanimarlo mientras que en la ambulancia informaron por radio de un accidente grabe con heridos a solo un par de kilómetros de donde se encontraban.
El conductor de la ambulancia entró a informar al equipo medico mientras estaban haciendo maniobras de reanimación.
-Lo lamento muchísimo, firmaré la defunción. - Afirmó el medico.
El anciano, al escuchar aquello, supo que estaba muerto, pero ¿Por qué seguía escuchando a su alrededor? ¿Eso era la muerte? ¿Estaría su alma siempre escuchando cerca de su cuerpo o era solo mientras no aparecía el famoso túnel y la luz al final hacia donde debía ir? Estaba todo muy oscuro y no podía moverse.
La familia del anciano llamó a la funeraria que le informó que no se preocupasen de nada, que ellos se encargaban de todo. Y llamarón al funerario que lo dejó todo.
Al salir de casa, el funerario se despidió de su familia y se apresuró en llegar a la central, donde al llegar, prepararía todo lo necesario para realizar la recogida del anciano. Por el camino de su casa a la central, recibió otra llamada para ver si le quedaba mucho para llegar, a lo que contestó que estaba llegando.
Una vez con todo preparado y equipado, tanto él como su compañero se dispusieron a realizar la recogida del anciano, pero antes de salir de las cocheras, recibieron otra llamada de la familia.
-¿Les falta mucho para venir? Es que hace ya una hora que llamamos y estamos aquí esperando.-
-Tranquilos, estamos ya en camino, tardamos lo que el trafico nos permita. Enseguida llegamos.- El funerario contestó amablemente, a pesar de no saber que prisa podían tener.
La Catalepsia le llevó a la morgue
La llegada de la funeraria se hizo poco de esperar, en unos pocos minutos se encontraban in situ. Los dos compañeros funerarios, actuaron según el procedimiento habitual, primero se encargaron de leer el informe del medico de urgencias en el que se indicaba la causa del fallecimiento sin imaginar que se trataba de un caso de Catalepsia. Tras comprobar aquello, visualizaron la zona para analizar la mejor forma de trasladar al anciano y posterior a informar a la familia de todo lo que se iba a hacer comenzaron con los preparativos para el traslado al tanatorio, donde adecentarían el cadaver.
El anciano, perplejo ante lo que podía oír, quería llorar, pero ya no podía, no tenia la capacidad de hacerlo. Las voces de aquellas personas eran la confirmación de que todo se había acabado, pero ¿Cómo era posible que pudiese escucharles? Estaba todo oscuro, no sentía nada, no era capaz de moverse, pero era consciente mediante el sonido de todo lo que transcurría a su alrededor.
-¿La muerte es esto? - Pensó.
Nadie sabe realmente como es la muerte, pero si es esto, es mucho más cruel de lo que nadie puede imaginar. La sensación de angustia e impotencia recorría los pensamientos del anciano mientras se negaba a asumir su fin.
La Calma antes de la Tempestad
El personal funerario trasladó el cuerpo a la morgue, donde uno de los dos le realizaría las practicas tanatoestetica necesarias para que la familia pudiese velar el cuerpo de su familiar. Una vez en el tanatorio lo primero que tenia que hacer la familia era elegir el ataúd.
La hija del difunto junto a sus hermanos, entraron en las dependencias del tanatorio entre las que se encontraba una sala de exposición de ataúdes. El funerario, antes de ofrecerles ninguno, se informo de lo que iban a hacer con el anciano. En el caso de realizar incineración hubiesen tenido que elegir un féretro ecológico, pero como le dijeron que se iba a inhumar, les explico muy bien las diferencias entre unos modelos y otros.
Una vez hecho esto, el siguiente paso era el de pasar al finado a la mesa de preparación. En la sala de acondicionamiento, es el lugar donde el personal realiza las practicas de tanatoestetica. Se comienza con la higienización y desinfección del cuerpo, para continuar con el taponamiento de las zonas por las que el cuerpo puede arrojar fluidos corporales. Una vez hecho eso, se sutura la boca para evitar que pueda abrirse durante el velatorio.
Cuando el cuerpo esta preparado, se viste, se maquilla, peina y se introduce en el ataúd, donde finalmente se revisa por si hay que retocarlo en algún aspecto. (Hay ocasiones en las que por falta de medios, el orden de la preparación se realiza distinto, o dentro de la caja directamente)
El Profesional Funerario
El Funerario al que le tocó acondicionar al fallecido, era una persona muy empática con los fallecidos, algunos compañeros se reían cuando le veían hablar a los fallecidos, les habla siempre de usted y les pide permiso para realizar cada cosa que va a ir haciendo, incluso en ocasiones les canta algo porque dice que relaja el espíritu (Aunque reconoce que canta fatal)
Antes de empezar con el acondicionamiento, este profesional siempre se informa del nombre del fallecido y comienza siempre diciendo lo mismo (El anciano se llamaba Antonio):
-Buenas noches D. Antonio, yo soy Óscar (utilizaré mi nombre para no desvelar de quien estoy hablando), voy a ser el encargado de preparar su cuerpo para que su familia pueda velarlo y despedirse de usted, espero que no se enfade usted conmigo, lo haré todo con mucho cuidado y cariño.-
Mientras dice esas palabras, va preparando el material que tiene que utilizar, unas pinzas, algodón, aguja, hilo de sutura, tijeras, maquillajes... Lo deja todo preparado sobre la mesa en el mismo orden en que va a ir utilizándolo.
-Vaya, si que estoy muerto, esto no puede ser un sueño, esta persona me esta hablando a mi, y por lo que acabo de escuchar, ya no hay duda ninguna, pero ¿Por qué puedo escucharlo todo?- Se preguntaba Antonio, mientras Óscar le explicaba paso a paso todo lo que iba haciendo y el motivo por el que lo hacia.
Mientras Antonio pensaba eso, algo raro ocurrió, algo que no había pasado aún desde que se le dio por muerto. El anciano tenia la sensación de además de escuchar a Óscar, poder sentir un pinchazo en la parte interna del labio inferior. ¿Qué fue aquello? ¿Era debido a que el funerario acababa de decirle que suturaría su boca para que no se le abriese durante el duelo? ¿Era el recuerdo de sensaciones humanas en la memoria de su alma o era otra cosa? Antonio sintió por primera vez autentica angustia. Pudo sentir dolor, por primera vez desde que toda esta pesadilla había comenzado, pensó que no estaba muerto.
Presentación del Cadaver a los familiares
Una vez que se termina con el acondicionamiento sanitario y la tanatoestetica, se realiza la presentación del cuerpo a la familia para que puedan ver como a quedado una vez terminado el trabajo. La familia del finado puede pasar a verlo, besarlo o simplemente a llorarle un poco en la intimidad antes del velatorio, antes de exponerlo tras un cristal en el interior de una cámara frigorífica.
Es un momento muy duro e intimo para la familia y donde empiezan a asumir que esta persona esta muerta, pese a que la negación de muchos dura bastante más.
Cuando la funeraria recoge un fallecido, se encarga también de arreglar la documentación necesaria para el entierro, así como la contratación de arreglos florares y publicidad necrológica. De igual manera se toman todos los datos para avisar tanto al cementerio donde se va a enterrar como al cura en el caso de ser católicos para realizar una misa de corpore in sepulto.
Todo lo que refiere a la contratación del servicio fúnebre transcurrió con normalidad. La familia lloraba la perdida, reía con sus amigos recordando buenos momentos y volvían a llorar en lapsus temporales de soledad y pena. La angustia que les provocaba la perdida de un ser querido a los familiares, la impotencia, la rabia de no poder hacer nada en el lado caliente del cristal, se sentían insignificantes ante las que Antonio sentía en el lado frio.
Imagina no poder moverte, mientras que sientes todo lo que ocurre a tu alrededor. Escuchar los llantos de tus seres queridos mientras que intentas abrir los ojos y no puedes. Los pelos de tu cuerpo erizándose por el frio que transmite la cámara frigorífica en la que yaces dentro de un féretro, no son apreciados por las personas a las que las lagrimas y el dolor evitan darse cuenta de que tu cuerpo comienza a sentir otra vez la temperatura, pero que por más que intentas mover un dedo, no puedes.
-Sé que no estoy muerto, solo he sufrido Catalepsia. ¿Pero como no se dan cuenta de que estoy sufriendo? - El anciano quería gritar, pero recordó que tenia la boca suturada, quería alzar sus parpados, pero no tenia fuerzas para hacerlo.
-Esto es lo que debe conocerse como morir en vida. Necesito despertar de esta pesadilla. Ésta situación no puede estar ocurriendo realmente. Eso es, se trata de un mal sueño, debo de despertar y todo acabará.- Intentaba convencerse el pobre Antonio.
Pasaron las horas y Antonio no podía sentir ninguna mejora respecto a su movilidad, pero en cambio cada segundo que pasaba se encontraba más débil, ahora podía notar como el frio se aferraba a los huesos, produciéndole un dolor perpetuo, ahora tenia dolor.
Dolorosa Despedida por culpa de la Catalepsia
Llegó el momento de despedirse, Antonio podía escuchar como los funerarios recogían los arreglos florales que adornaban su túmulo. Pudo sentir como arrastraban el carro que portaba su fría cama de madera y sus esperanzas de que se diesen cuenta de que estaba vivo eran ya casi nulas. Pasó a empezar a ver luces a través de sus parpados cerrados mientras intentaba con todas sus fuerzas moverse, advertir de que seguía vivo. Pero todo esfuerzo fue en vano. Todos sus esfuerzos fueron nulos ante su incapacidad de movimiento.
Los funerarios invitaron a los familiares a despedirse del supuesto fallecido por última vez antes de colocar la tapa de la caja y cerrarla con llave. Aún disponía de una oportunidad, debía esforzarse en hacer algún movimiento y su hija, la niña de sus ojos, a la que crío y mimó desde bebé se daría cuenta de que algo no cuadraba, de que su amado padre estaba vivo.
La familia cruzo una puerta que les separaba del pasillo donde se habían ubicado los restos mortales de Antonio sin sospechar siquiera que no estaba muerto, que solo sufría Catalepsia. Llantos, narices moqueando, gritos de impotencia... Y lo consiguió Antonio logró mover el dedo meñique de su mano derecha para indicar que ese cuerpo inerte todavía contenía vida.
- ¡ESTOY VIVO! - Gritó
- ¡SIGUO CON VIDA!, ¡LO HE LOGRADO! - Chillaba. ¡HE VENCIDO LA CATALEPSIA!
O eso creía él. En su cabeza pudieron escucharse esas palabras tan fuerte que si llega a estar muerto de verdad se hubiese levantado asustado.
Pero lo que Antonio no sabia, es que una sabana cubre difuntos tapaba sus manos y nadie pudo ver su leve movimiento. Todo su esfuerzo fue para nada. Su familia marchó hacia la iglesia con la llave de su nueva casa en el bolsillo. Y brotaron lagrimas de sus ojos a oscuras que resbalaron por sus mejillas, lagrimas de impotencia que nunca nadie vio ni verá jamás.
Ceremonia
Podían oírse las oraciones que retumbaban dentro de la caja y Antonio se dio por vencido, la Catalepsia le había vencido y decidió orar como dijo el sacerdote, por el eterno descanso de su alma. Lo hizo sabiendo que nunca volvería a ver a sus seres queridos y experimento lo que tantas veces escucho durante su vida:
"Tu vida pasa ante tus ojos en cuestión de unos segundos. Revivirás los buenos momentos, pero también los malos. Será como una segunda vida antes de morir."
Ahora si parecía que todo había acabado, sintió como sus familiares empujaban la caja dentro del nicho que de forma paradójica, él mismo había elegido en vida.
Pero faltaba un pequeño detalle, aún debía de morir, pero morir de verdad, para siempre.
Lucha entre la Vida y la Muerte causada por la Catalepsia
Llegó el silencio a la soledad de la noche. Fría para todos menos para Antonio, que yacía en el interior de aquel ataúd dentro de un nicho y comenzaba a sudar.
También podía moverse, dolorido pero se movía. Pudo susurrar algunas frases a una intensidad tan débil que ni estando a su lado nadie podría haberlo escuchado.
Y supo que su final había llegado, cuando con su último aliento comenzó a arañar la tapa de su incomoda cama ante la falta de respiración. Los ojos, aunque se encontraban a oscuras comenzaron a ensangrentarse por la falta de oxigeno, su garganta se hinchaba y sus venas se marcaron hasta el punto que de poder verlo alguien, lo hubiese confundido con un reptil comiendo. Su cuerpo golpeaba tanto el techo como los laterales de la caja, arañaba la tapa e incluso consiguió atravesarla con la cabeza de un espasmo. Todo fue dolor y angustia en los últimos minutos de vida del tierno anciano, al que nadie pudo ayudar antes de morir asfixiado ante la impotencia de su injusta muerte y eterna sepultura.
D.E.P
El anciano llamado Antonio falleció por culpa de la Catalepsia
Imposible de creer, lo sé, pero esta historia también es real. Tan real como las cientos de personas que sufren Catalepsia cada año. ¿Qué como lo se? Muy sencillo, en otra vida, yo fui Antonio.
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