junko furuta 44 Días en el Infierno

44 Días en el Infierno

Esto es una historia, que aunque 100% real, se sale un poco de lo que os tengo acostumbrados a leer en mi blog. 44 Días en el infierno, es un caso le ocurrió a una chica de 17 años en Japón. Algo que se escapa al entendimiento humano de como alguien puede torturar a una persona. Si eres una persona susceptible te ruego que dejes de leer ahora, estas a tiempo de poder dormir, en el caso contrario no soy el responsable del trauma que este relato te puede causar. La victima se llamaba Junko Furuta y esta es su trágica historia.

Junko Furuta

Junko Furuta nació en Misato (Prefectura de Saitama) en el año 1971. Una chica de lo más normal, vivía con sus padres y sus dos hermanos. Estudiante competente, persona educada, simpática y un poco introvertida. En los interrogatorios y entrevistas posteriores a los hechos, todas sus compañeras del colegio y sus amigas hablaban maravillas sobre ella.

Junko Furuta, en el momento de su secuestro y asesinato, estaba trabajando en una fabrica de plástico a la vez que estudiaba. No quería tener que depender de nadie para comprarse los caprichos que pudiese querer. Era una buena persona, lo que no se imaginaba ella, es que en su misma clase, a la que iba con tanta ilusión, puesto que le gustaba estudiar, se encontraban los demonios que la torturarían y causarían su muerte de una forma espantosa.

Los 4 Demonios de Misato

Hiroshi Miyano, Jō Ogura, Shinji Minato y Yasushi Watanabe, eran cuatro compañeros de Junko Furuta y a la vez se convertirían en los 4 demonios de Misato.

El principal demonio y el que organizo todo fue Miyano, el cual creo una elaborada artimaña para ganarse la confianza de Junko. Hiroshi Miyano que agredio a la joven Junko para que Minato pudiera ayudarla y ganarse la confianza de su compañera de clase.

Junko accedió a que Minato le acompañase a su casa, sintiéndose así más segura después de la agresión perpetrada por Miyano. Sin embargo, la crédula chica, desconocía las intenciones reales de Minato y el infierno que le esperaba.

La primera tortura de los 44 Díaz en el infierno

Minato engaño a Junko y entraron en una fabrica abandonada. Una vez allí, Minato le confesó a Junko que él formaba parte de la Yakuza (Mafia Japonesa). Miyano se encontraba en la fabrica y amenazaron con matarla, consiguiendo así violarla en repetidas ocasiones.

No conformes con ello, decidieron mantenerla retenida para que otros hombres pudiesen abusar sexualmente de ella. No era la primera vez que los jóvenes realizaban esta practica, tenían numerosos antecedentes por violación en grupo, de hecho no hacia mucho habían secuestrado y violado a otra joven que soltaron pocos días después.

La Coacción del Demonio

Bajo la amenaza de que la Yakuza mataría a su familia si intentaba escapar, Miyano traslado a Furuta a un parque donde le esperaban Minato, Ogura y Watanabe. Todos juntos la llevaron a un piso donde la violaron en grupo. El piso donde la llevaron era propiedad de los padres de Minato y se convirtió en su lugar de encuentro para planear y cometer delitos.

Los padres de Junko, alertaron a las autoridades de la desaparición de su hija, pero al llegar a oídos de los secuestradores, obligaron a Furuta a llamar a casa. Junko fue obligada a pedirle a su madre que parase la investigación, que se encontraba bien y se quedaría en casa de un amigo. De esta forma, hizo creer que solamente se había escapado de casa, descartando así el secuestro.

De igual manera, cuando los padres de Minato aparecían en su piso, se vio obligada a hacerse pasar por la novia de uno de sus secuestradores. Aunque esa farsa quedó innecesaria, cuando los padres de Minato dejaron claro que no iban a denunciarlos. En el juicio los señores Minato dejaron claro que no denunciaron los hechos por miedo a las represaría de la Yakuza. El hermano de Minato tampoco hizo nada pese a conocer lo que estaba ocurriendo. El pánico se apoderó de los tres.

Los 44 Días en el infierno de Junko Furuta

Durante 40 días, Junko Furuta permaneció en ese apartamento y los secuestradores, habían invitado a otros miembros de la Yakuza a casa para violarla y maltratarla. Según ellos mismos, más de 100 hombres la habían violado. Le apagaban cigarrillos en la piel, le introducían barras de metal en la vagina, le arrancaron un pezón con unos alicates, le clavaban agujas de coser en los senos.

La obligaban a beber su propia orina, comer cucarachas, masturbarse delante de ellos, la quemaban tanto con cigarros como con mecheros y en alguna ocasión perdió el conocimiento por los duros castigos recibidos. Pero eso no era suficiente. Los secuestradores le sumergían la cabeza en agua para que despertase. Incluso tenia que arrastrarse para ir al baño, porque no podía andar.

Cuando encontraron su cadaver, el rostro era irreconocible debido a las palizas y encontraron botellas de Oronamin C en el interior de su ano. Además se descubrió que uno de sus violadores la había dejado embarazada.

Policía incompetente ayudó a que fuesen 44 Días en el infierno

Koichi Ihara, uno de los imputados por violación, parecía haber sido coaccionado para perpetrarla. Cuando llegó a su casa, se lo contó a su hermano y esté acudió a la policía. Era el día 16 del secuestro.

Dos agentes acudieron al lugar indicado por Ihara, pero Minato, les informó de que no había ninguna niña en el apartamento y les invitó a pasar a comprobarlo de forma muy cordial. Los agentes, tomaron la invitación de Minato como una señal de que decía la verdad y no entraron. De haberlo hecho, Junko Furuta seguiría viva y se habría acabado su tortura.

Castigo por querer seguir viva

En una ocasión, Junko consiguió llamar a la policía, pero tubo que colgar cuando dio un solo toque porque Miyano la descubrió. Cuando la policía devolvió la llamada, Miyano les dijo que se había tratado de un error y colgó. Ahora las cosas no podían quedar así, la castigarían por esa llamada.

Los demonios que la tenían secuestrada, demostraron una vez más que no eran personas. Rociaron sus piernas con liquido para mecheros y le prendieron fuego. Introdujeron una botella de grandes dimensiones en su ano, provocando un fuerte desgarro y un desangramiento tal, que la chica comenzó a sufrir convulsiones. Según sus propias palabras, pensaron que estaba fingiendo un ataque y volvieron a prender sus piernas. Pese a todo esto, Furuta sobrevivió, aunque deseaba estar muerta.

Continuaron violándola y torturándola durante algún tiempo más, tanto que incluso pidió a sus raptores que la matasen ya y terminasen con esto, pero ellos se negaron y continuó el infierno para la joven Junko.

La obligaron a dormir a la intemperie en pleno invierno y la encerraron en un congelador, por lo que sufrió heridas de mucha gravedad en sus piernas. En una ocasión, tuvo que arrastrarse para ir al baño, pero no llegó. Le dieron una paliza por haber ensuciado la alfombra.

De igual manera, no era capaz de ingerir alimentos ni beber, vomitaba cada vez que lo intentaba y recibía palizas por ello. Todo esto, hizo que Junko Furuta se hinchase quedando desfigurada, no solo de rostro, sino también de cuerpo, Junko comenzó a oler a podrida, provocando que los secuestradores perdiesen interés sexual en ella. Por eso, secuestraron a otra chica de 19 años a la que también violaron en grupo.

Mahjong: Día 44 en el infierno

El 4 de enero de 1989, Furuta fue desafiada a jugar al Mahjong y Miyano, tras perder, decidió desahogarse de forma brutal con la chica. La patearon, golpearon con una barra de hierro, le pusieron dos velas encendidas en los parpados quemándolos con la cera caliente. No contento con ello y tras lanzar una bola de ejercicios sobre su estomago en repetidas ocasiones, rociaron su cuerpo con liquido para mecheros y la prendieron.

Según sus declaraciones, el ataque duró cerca de dos horas, al principio Furuta intento apagar el fuego de su cuerpo, pero poco a poco ella fue la que se fue apagando, hasta que finalmente, falleció.

Maltrato Post Mortem

Tras la muerte de Junko Furuta, sus asesinos temían ser detenidos por asesinato, así que decidieron liar el cuerpo en mantas y lo introdujeron en una bolsa de viaje. Metieron su cuerpo en un tonel y después en un camión de cemento.

Los asaltantes fueron detenidos por la violación de la mujer de 19 años que habían secuestrado unos días antes. En los interrogatorios y pensando que Ogura había confesado todo, Miyano les dijo a los agentes donde encontrar el cuerpo de Junko Furuta. La policía quedo perpleja puesto que no sabían nada de ese asesinato.

En los días que sucedieron al hallazgo del cuerpo de Furuta, fueron siendo arrestados todos los miembros que intervinieron tanto en el secuestro como en la muerte de la pobre Junko.

¿Qué maldad existe en el mundo si ocurren cosas como estas?¿Crees que esto es un caso aislado? Nadie merece pasar por 44 días en el infierno y por desgracia para la humanidad, estos seres demoniacos siguen en la calle, pues ya han cumplido condena. Descansa esta noche sabiendo que están libres.

También puedes leer alguno de los demás relatos que puedes encontrar en el blog que habla de funerarias y cosas reales que puedes encontrar en ellas. Algunas no te dejarán dormir.

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